Todos hemos escuchado hablar sobre el karma y lo referimos como la consecuencia de algo que hemos hecho en el pasado. El karma es el juez de nuestros actos, una energía invisible que resulta de nuestro comportamiento y que genera consecuencias acordes a nuestras acciones.
No todo el mundo cree en el karma, un concepto ligado a la reencarnación y otras filosofías del alma y el espíritu. Sin embargo, sus leyes tienen sentido y se acoplan bien a nuestra vida.
El karma es justo y se relaciona con la naturaleza o la “Justicia divina”, donde debemos pagar por nuestras acciones, ya sea para bien o para mal. Ser consciente de esto nos permite crecer y usar nuestra energía para limpiar el alma. Aprender que somos responsables de lo que nos sucede nos ayuda a avanzar a otro nivel espiritual, ser más felices, sentirnos satisfechos y aceptar las situaciones de la vida. Además, nos brinda la oportunidad de vivir en paz.
El concepto del karma se basa en la libertad de actuar como queramos, acumulando energía buena o mala, independientemente de que nuestros actos sean intencionales o no. Por ello, es fundamental aprender de las experiencias para ser mejores.
Existen 12 leyes que dictan cómo debemos responder en relación a nuestros sentimientos, pensamientos y acciones. Veámoslas a continuación:
- La gran ley de causa y efecto: Esta es una ley universal que la mayoría de las personas consideran, independientemente de su religión o creencia. En la vida, cosechamos lo que sembramos.
- La ley de la creación: Esta ley señala que la vida requiere nuestra participación activa. Debemos ser conscientes de que formamos parte del universo dentro y fuera. Lo que nos rodea refleja nuestro interior. Debemos crear las opciones que queremos en nuestras vidas.
- La ley de la humildad: Sé consciente de que lo que no aceptas te seguirá ocurriendo. Mientras sigas viendo enemigos y aspectos negativos, no pasarás a un nivel espiritual superior. De ahí la importancia de aceptar.
- La ley del crecimiento: Esta ley se basa en la creencia de que para crecer espiritualmente, primero debemos cambiar nosotros mismos.
- La ley de responsabilidad: Cuando te sucede algo malo, es porque hay algo mal en ti. La vida es como un espejo; lo que nos rodea es un reflejo de nosotros mismos.
- La ley de la conexión: Aunque creas que lo que haces es insignificante, esto genera una energía que está conectada a todo el universo.
- La ley del enfoque: Esta ley afirma que solo puedes enfocarte en una cosa a la vez. Debes dar un paso a la vez, ya que perder el enfoque genera inseguridad e ira.
- La ley del dar y de la hospitalidad: Preocúpate por dar y otorgar poder. Se trata de poner en práctica lo que has aprendido.
- La ley del aquí y ahora: Esto se trata de tener atención plena. No debes vivir pensando en el pasado, ya que esto nos impide disfrutar del presente y aprender de él.
- La ley del cambio: La historia de nuestras vidas se repetirá una y otra vez hasta que aprendamos de ella. Si no aprendemos, no se generará el cambio.
- La ley de la paciencia y la recompensa: Para obtener una recompensa, debemos esforzarnos. Debemos aprender a valorar nuestro lugar en el mundo para poder obtener nuestra recompensa.
- La ley de la importancia e inspiración: El valor de algo se basa en la intención y la energía que se pone en ello.
Si analizas cada una de estas leyes, verás que tienen sentido. Tomarlas en cuenta en tu vida solo traerá beneficios y energía positiva. Estúdialas y practícalas.